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A Digna Guerra, por el placer
de verla dirigir en vivo.
Por: Darío Alejandro Escobar
Hace unos días estuve en la entrega del Doctorado Honoris Causa a la Maestra Digna Guerra en el Instituto Superior de Arte. Allí tuve la oportunidad de escuchar al Coro Nacional de Cuba. Oír a un buen coro es algo emocionante. Estremecedor. Uno siente que algo salta desde dentro por la belleza de las notas lanzadas al aire por los cantantes. La superposición y yuxtaposición de las notas, los tonos, los gestos, la risa. La dramaturgia. Fue hermoso. Alba y yo tuvimos una experiencia parecida durante una velada en uno de nuestros viajes, pero esto lo supera ampliamente. Hubo de todo, desde interpretaciones sacras hasta versiones de temas tan populares como El Manisero o Caballo Viejo. En televisión nunca será igual. Es un show para disfrutarlo en vivo, como el ballet. Es el tipo de espectáculo que moldea sensibilidades. Debo conseguir más música coral. Debo seguir cultivándome, me estoy perdiendo tantas cosas…