Por: Darío Alejandro Escobar
Me gusta pensar la literatura como una femme fatal. Esa mujer que te absorbe, te cuesta, te mata, te droga, te hiere y a ratos te ama, pero de la que no puedes escapar, si alguna vez probaste sus encantos.
Quisiera sentir el periodismo como ese romance imposible, como alcanzar ese horizonte lejano, la cima de Popocatépetl, como el noviazgo perfecto en una adolescencia eterna.
Intento atrapar la palabra justa, la exacta, la hostil, escurridiza, bella como una orquídea exótica en lo profundo de esa selva amazónica. Sigue leyendo